Los beneficios de una reestructuración empresarial son múltiples, pero persiguen siempre el mismo objetivo: liberar a la empresa del lastre que suponen las inversiones realizadas en campos no relacionados con su actividad. Parece sencillo, pero no lo debe ser tanto para algunos empresarios, que se resisten a entender los riesgos que asumen manteniendo modelos anticuados de sociedad.
«Modelo obsoleto vs. moderno modelo de sociedad»
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▶MODELO OBSOLETO: Lo que en principio es algo bueno, y «marca el músculo» conseguido por la empresa con su actividad, puede convertirse en un peligro si la situación de la empresa cambia por circunstancias varias como una quiebra, una venta o una fusión. Presentar a la empresa como un potente conglomerado de activos e inversiones, lejos de mejorar su imagen, refleja una forma de pensar trasnochada que no beneficia a las sociedades: una empresa potente no necesita “arrastrar” detrás esa pesada mochila.
▶MODELO MODERNO: Para poner las cosas en orden y proteger todo lo que se ha conseguido durante años de esfuerzo, la reestructuración empresarial se revela como la mejor opción. Los beneficios de una reestructuración empresarial son tantos que te los mostramos a través de esta práctica infografía, fácil de comprender y muy visual. Te será muy útil para comprender la necesidad de llevar a cabo esta operación.
¿Cuáles son los beneficios de una reestructuración empresarial?
Los beneficios de una reestructuración empresarial abarcan distintos campos. Pero se pueden resumir en el concepto esbozado al principio: liberar a la empresa del lastre que suponen las inversiones realizadas en campos no relacionados con su actividad.
Si esta ha sido la evolución de tu empresa…
✔ Uno o varios emprendedores tienen una idea y un capital, y crean una sociedad para desarrollarla y obtener beneficios. Hasta ahí, todo está claro.
✔ Las cosas van bien para la empresa, que crece y genera beneficios a los socios, que contratarán a más trabajadores para seguir generando riqueza.
✔ La empresa acumula los beneficios, que se suelen invertir en patrimonio inmobiliario, toda una institución en nuestro país por su solidez, y también pueden consistir en excesos de tesorería (inversiones financieras). Las inversiones patrimoniales se conocen como “patrimonio no afecto”, ya que no tienen relación con la actividad empresarial.
¡Ponte alerta!
Siendo los dos tipos de inversiones que hemos citado algo bueno en sí mismo, pueden terminar convirtiéndose en un auténtico riesgo si la situación de la empresa cambia y deja de ser todo lo boyante que nos gustaría…
Peligros de poner todos los huevos en la misma cesta
Uno de los beneficios de una reestructuración empresarial es que nos permite evitar tener “todos los huevos en la misma cesta”, es decir, permite hacer una escisión total o parcial que evite que los problemas del patrimonio afecto a la sociedad influyan en el patrimonio no afecto, y viceversa. Cuidado con la cesta, porque puede tener unos “agujeros” importantes:
- Si la empresa entra en concurso de acreedores, responderá con todos sus activos (también con el patrimonio no afecto, que se liquidará, atención, muy por debajo de su valor de mercado)
- Si queremos vender nuestra empresa, los inmuebles adquiridos y las inversiones financieras aumentarán su valor frente a los posibles compradores, que en realidad no están interesados en ellos
- Si nuestra empresa quiere obtener un préstamo de un banco y lo avala con sus inmuebles, el banco nos cobrará un interés bastante mayor para protegerse (si la empresa quiebra, serán de los últimos en cobrar)
Solución: la escisión de la empresa
Seguro que, como empresario, te está empezando a inquietar tener todo en un mismo saco y te gustaría saber cómo solucionarlo, sin perder beneficios ni disminuir el valor de tu empresa. Para obtener todos los beneficios de una reestructuración empresarial, esta debe contemplar la escisión total o parcial de la empresa, creando una sociedad patrimonial de nueva constitución a la que traspasaremos los inmuebles desde la sociedad operativa original.
Eso sí, es importante que la nueva sociedad patrimonial tenga actividad para garantizar su exención fiscal. En este punto, es nuestra obligación insistir en la importancia de este punto:
❝ La nueva sociedad patrimonial debe tener actividad para evitar el pago de impuestos: IVA, Impuesto de sociedades y plusvalía municipal.❞
¿Cómo poner en activo esta sociedad?
Lógicamente, una sociedad basada en la propiedad de inmuebles no va a dedicarse a vender churros en un puesto. Una buena opción es arrendar los inmuebles a la propia sociedad operativa o a terceros. Para este tipo de operaciones, la intervención de una asesoría especializada en consultoría empresarial puede ser crucial para que la operación esté bien hecha, de forma transparente y profesional. En Leialta estamos dispuestos a acompañarte durante todo el proceso, de principio a fin.
Adiós al riesgo empresarial desafectando los inmuebles
Los beneficios de la reestructuración empresarial no se quedan ahí. Cuando la sociedad patrimonial esté inscrita en el registro empresarial, los inmuebles dejarán de responder por las posibles deudas acumuladas por la sociedad operativa: el patrimonio acumulado quedará a salvo. Además, si en un futuro es necesario o deseable vender la empresa (por ejemplo, en un caso de sucesión en una empresa familiar), el patrimonio no afecto a la actividad principal dejará de ser un lastre para los compradores o sucesores, que no tendrán que adquirirlo o asumirlo junto con la sociedad operativa.
❝ El patrimonio acumulado por el empresario queda a salvo tras una reestructuración empresarial bien gestionada❞.
Más beneficios de una reestructuración empresarial: si queremos obtener un préstamo, podemos avalarlo a través de la sociedad patrimonial. El banco, en este caso, será el único acreedor de la empresa (contrariamente al caso anterior, en el que también lo serían Hacienda, los trabajadores, proveedores…), por lo que los intereses serán mucho más bajos. Y además, existe un beneficio adicional: la renta obtenida por el alquiler de los inmuebles generará un beneficio de por vida, ideal para completar la jubilación de(l) propietario(s) de la empresa.
Exención de impuestos: cómo funciona
Si como empresario dejas tu sociedad bien organizada, con la actividad principal, por un lado, y el patrimonio no afecto por otro, podrás obtener todos los beneficios de una reestructuración empresarial sin miedo. Amparadas por la Ley de modificaciones estructurales, estas operaciones están exentas de impuestos por normativa comunitaria, tanto en tributación directa como indirecta.
¿Qué opinas sobre los beneficios de una reestructuración empresarial? ¿Sabías que era una operación totalmente transparente y legal?