Las empresas necesitan cambiar a lo largo de su trayectoria y, por eso, se hacen operaciones de reestructuración con diferentes fines como aumentar la eficiencia o incrementar la cuota de mercado. En algunos casos las fusiones son con empresas competidoras, otras entre empresas que se complementan. En este post vamos a hablar de las fusiones horizontales y las fusiones verticales para que sepas cuándo se utilizan y qué características tienen.
¿Qué son las fusiones horizontales y qué ventajas tienen?
En el caso de las fusiones horizontales, una o más empresas adquieren o se fusionan con otra u otras que venden productos o servicios similares.
El objetivo en este tipo de fusiones es aumentar la competitividad y la cuota de mercado. Por ejemplo, una cadena de restaurantes que quiera expandirse en otras ciudades tiene la opción de comprar a otra empresa que tenga otra cadena con presencia en esas ciudades. De esta forma no se comienza de cero y se aprovecha la consolidación de la cadena ya existente. Este tipo de fusiones horizontales se suelen utilizar también para la internacionalización de empresas.
Las fusiones horizontales tienen las siguientes ventajas:
- Se reduce la competencia del sector en el que trabajan las empresas.
- Aumentan los canales de distribución.
- La negociación con proveedores y clientes es más fácil puesto que el grupo de empresas aporta mayor confianza.
- Se reducen los costes de entrada en nuevos mercados internacionales.
Existen muchos ejemplos de fusiones horizontales, algunos de los más recientes son los que se refieren a entidades bancarias como BBVA y Caixa Catalunya que permitió al primero incrementar su presencia en el sector bancario e introducirse en Cataluña. Otro ejemplo también reciente es el de Bankia y Caixa Bank. Pero, en todos estos casos, es necesario considerar que uno de los riesgos a evitar es el de monopolio, por ese motivo, los organismos que controlan la competencia prestan una gran atención a este tipo de fusiones para que los derechos de los consumidores no se reduzcan.
Las fusiones horizontales también plantean diversos desafíos como los problemas de coordinación o los obstáculos para alcanzar acuerdos entre compañías, por eso es fundamental contar con la ayuda de una asesoría de empresas que gestione la fusión y asesore durante todo el proceso.
¿Qué son las fusiones verticales y qué beneficios aportan?
Las fusiones verticales suponen la integración de dos o más empresas del mismo sector, pero pertenecientes a una etapa diferente del proceso productivo y de la cadena de aprovisionamiento. Las fusiones verticales pueden ser de varios tipos:
– De suministros. En este caso una empresa se fusiona con uno de sus proveedores, por ejemplo, una fábrica de helados se puede fusionar con el proveedor que le vende los ingredientes para fabricarlos.
– De distribución y venta. En este supuesto la fusión se realiza con un distribuidor que controla todo el proceso de venta. Por ejemplo, la fábrica de helados compra varias heladerías en distintas ciudades.
Con las fusiones verticales se trata de controlar una parte del proceso productivo que se considera estratégica, por lo tanto, la ventaja es que no dejan en manos de terceros fases de su proceso productivo que son esenciales, de manera que pueden lograr una mayor eficacia y productividad. Además, se reducen costes, se crea un proceso totalmente adaptado a la empresa y se consigue una entidad que puede responder de forma ágil a las necesidades de los consumidores.
En el caso de las fusiones verticales también se pueden distinguir dos tipos:
– Hacia delante. En este caso se controla una fase del proceso productivo que es posterior. Por ejemplo, una empresa que fabrica galletas compra a otra que se dedica a embalarlas y venderlas a los supermercados.
– Hacia atrás. En la fusión vertical hacia atrás se controla una fase del proceso productivo anterior, por ejemplo, una fábrica de sillas de madera compra a su proveedor de madera.
Un ejemplo real de integración vertical lo encontramos en la marca de refrescos Coca-Cola que ha comprado diversas fábricas de envases y embalajes, de manera que ha logrado reducir los costes de producción. Otro ejemplo en España de fusión vertical es el de la marca de ropa Zara perteneciente al grupo Inditex. Zara controla todas las partes del sistema productivo: el diseño, la producción de prendas y la venta a los consumidores finales a través de sus tiendas. De esta forma logra ser extremadamente ágil puesto que en cuanto detecta una tendencia en el mercado de la moda, en dos semanas están los nuevos diseños en sus tiendas, en lugar de tardar meses como les ocurre a sus competidores.
Tal y como has visto, las fusiones horizontales y las fusiones verticales son acciones de reestructuración empresarial que utilizan los empresarios para adaptarse al mercado, entrar en mercados internacionales o controlar una parte o todo el proceso productivo. Si estás a punto de entrar en este proceso y necesitas asesoramiento, no dudes en ponerte en contacto con nosotros y te ayudaremos a resolver todas tus dudas.