Hay muchos tipos de razones por los que una empresa tiene que modificar su estructura: la aparición de nuevos competidores, cambios en la normativa aplicable al sector o la necesidad de afrontar nuevos retos, son algunos de los motivos. En este post te queremos contar qué fases tiene un proceso de reestructuración empresarial, qué se hace en cada fase y cómo elegir una consultoría empresarial que te ayude en todo el proceso.
Un proceso de reestructuración empresarial supone un cambio que puede ser más o menos profundo para la empresa en función de la anticipación con la que actúe. Actualmente, nos enfrentamos a un periodo de crisis económica que está teniendo consecuencias para las empresas de todo el mundo, que se ven en la necesidad de cambiar la forma en la que han estado trabajando hasta el momento. El futuro es una incertidumbre, pero la preparación es la clave para afrontar esa incertidumbre y lograr que la empresa sobreviva y se vea reforzada.
¿Qué fases tiene el proceso de reestructuración empresarial?
Evidentemente, todas las empresas son diferentes y tendrán que realizar un proceso de reestructuración distinto, pero, a grandes rasgos, hay una serie de pasos que podrán seguir y que son los siguientes:
- Estudio de la situación. Lo primero que hay que hacer para afrontar un proceso de reestructuración empresarial es analizar muy a fondo cuál es la situación de la empresa: qué problemas tiene, por qué no cumple sus objetivos, en qué áreas no los cumple, qué hacen los competidores, qué ocurre en el mercado y qué cambios ha habido. Ese estudio se podrá plasmar en un informe que servirá para tomar una decisión sobre qué hacer. Para la realización del estudio se puede contratar a un asesor externo que analice la necesidad de realizar la reestructuración y acompañe en todos los pasos.
- Toma de decisión. El órgano de administración de la empresa será el que tome la decisión de realizar la reestructuración de la compañía. Es importante que cuente con datos reales y actualizados para que la decisión sea acertada.
- Elaboración del plan de reestructuración. El plan de reestructuración fijará el tipo de cambio a realizar en la empresa (por ejemplo, una escisión de una rama de actividad, una creación de una sociedad holding etc.), los objetivos a lograr, el plazo de tiempo en el que se tendrán que alcanzar dichos objetivos y las acciones que se ejecutarán y por quién. En el plan se tendrán que fijar también los parámetros a medir para saber si se están alcanzando los resultados, es decir, los KPIs que nos indicarán si el plan está funcionando o no.
- Aplicación del plan. Llega el momento de la verdad, aquel en el que se pone en marcha todo lo que se ha fijado en el papel. Para que el plan tenga éxito es necesario que toda la empresa se implique y colabore. Para lograr esa implicación se puede impartir formación y dar información sobre el proceso de reestructuración empresarial a la plantilla, de manera que no haya resistencia al cambio.
- Evaluación. A medida que evoluciona la implantación de plan de reestructuración y se alcanzan los hitos temporales que se han fijado hay que evaluar si se están cumpliendo los objetivos. De esa evaluación se podrá derivar un cambio en el plan o alguna modificación en los objetivos a alcanzar.
Es necesario que todo este proceso se haga periódicamente para evaluar si se puede optimizar la estructura de la empresa para reducir costes, aumentar la productividad o incrementar las ventas.
¿Cómo elegir a una consultoría de empresa para tu proceso de reestructuración empresarial?
Para la reestructuración de una compañía es aconsejable obtener un punto de vista externo que pueda dar una visión objetiva, en este sentido, la contratación de una consultoría de empresa puede ser la clave del éxito del proceso, pero ¿Cómo elegir a la consultoría adecuada? Te damos algunas claves:
- Experiencia. Es fundamental que la empresa que contrates tenga una experiencia contrastada ayudando a empresas en procesos de reestructuración empresarial y que conozca tu sector.
- Interlocución. Si contratas una consultoría es fundamental que tengas siempre a alguien con quien consultar tus dudas y que esa persona sea siempre la misma, para evitar que haya demasiados interlocutores y se complique el proceso.
- Seguimiento. Es fundamental que puedas seguir los pasos que está realizando la consultoría con tu proceso de reestructuración empresarial, por ello es importante que tengas acceso a una herramienta informática en la que puedas consultar las acciones realizadas y cómo evoluciona el proceso.
En definitiva, tienes que estar preparado para que tu empresa se enfrente a imprevistos que signifiquen un cambio para el negocio. Sobre todo, en periodos de crisis donde puede ser muy necesaria una consultoría a tu empresa y donde es importante actuar cuanto antes porque podrían salir a la luz problemas de gestión en la empresa, cambios en los hábitos de consumo de los clientes o normativas fiscales o legales que pueden afectar al negocio.