La Responsabilidad Social Corporativa está hoy en boca de prácticamente todos los empresarios. El cambio de paradigma de los últimos tiempos hace imprescindible un cambio intrínseco en la política de las empresas, en busca de un modelo más sostenible y socialmente responsable que además suponga un beneficio para el empresario. ¿Qué significa esto? Muy sencillo: que aplicar medidas de responsabilidad social corporativa en las empresas no solo es necesario para el conjunto de la sociedad, sino que supone importantes ventajas y beneficios para los propios negocios.
Y no solo eso: son beneficios reales que se pueden evaluar y contabilizar. Es importantísimo saber cómo hacerlo, para que como empresario puedas comprobar que un plan estratégico de RSC siempre resulta en beneficios “tangibles”. En este post te contamos cómo realizar esta evaluación y por qué es interesante para tu empresa incluir la responsabilidad social corporativa en su ADN.
Medir la Responsabilidad Social Corporativa (RSC) no es fácil: hay que definir unos objetivos y recopilar información extrafinanciera. Al tratarse de un valor intangible de la empresa, los resultados deben cuantificarse desde una perspectiva nueva, transversal, en la que se impliquen diferentes cuadros de mando.
¿Qué se piensa de la RSC en los consejos de administración…?
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En las encuestas realizadas por las grandes consultoras entre directivos de grandes corporaciones se detecta que el tiempo dedicado en las reuniones a la Responsabilidad Social Corporativa es aún escaso, y ello se debe a la ausencia de perfiles no financieros en los consejos de administración, a la falta de cuadros de mando que permitan ir evaluando el desempeño de las políticas de RSC y a la propia novedad de la temática. Aún así, se detecta una mayor sensibilidad hacia la Responsabilidad Social Corporativa, y ya es posible medir el retorno de la inversión en políticas de Responsabilidad social corporativa de diferentes maneras. Veamos cuáles…
Responsabilidad Social Corporativa: más allá del cumplimiento
Las leyes actuales están empezando a meterse de lleno en la responsabilidad social corporativa de las empresas. La sociedad ejerce hoy día una intensa presión sobre los empresarios, tanto de forma puntual (a través de movilizaciones) como en lo que respecta al consumo. En el entorno intensamente mediatizado en el que vivimos, donde las redes sociales cada vez tienen una influencia más importante, es imposible que los consumidores no conozcan las prácticas de las empresas… y actúen en consecuencia. Por esta razón, como empresario avezado no solo te interesa cumplir con las medidas que exige la ley con respecto a la responsabilidad social corporativa: si quieres destacarte del resto, lo importante es ir más allá.
Cuando una empresa implanta un buen plan de responsabilidad social corporativa, el retorno de la inversión empieza a mostrarse en tres factores básicos:
- En empresas grandes en los que los planes de RSC son obligatorios, el riesgo de incumplimiento (con las consiguientes sanciones) se elimina. Y de cara a futuras leyes que incluyan a empresas cada vez más pequeñas en esta obligatoriedad, dicho riesgo queda descartado a futuro.
- Cuando una empresa va más allá en el cumplimiento, destaca por encima de sus competidores. Es el deseado factor de diferenciación.
- Si el negocio es distinto y se desmarca en positivo, empezará a ser muy valorado de cara a licitaciones públicas. En este sentido, sobre todo es importante tener muy en cuenta los aspectos social y el medioambiental, “patas” fundamentales de la Responsabilidad Social Corporativa.
Acceso a concursos públicos: una inversión con retorno claro
Vamos a imaginar que una empresa quiere presentarse a un concurso público para obtener un importante volumen de negocio. No hace mucho tiempo, presentar un presupuesto reducido y demostrar que la empresa podía asumir el trabajo era más que suficiente para tener oportunidades. Sin embargo, en los últimos tiempos las cosas han cambiado considerablemente; y la Responsabilidad Social Corporativa tiene muchísimo que decir en este tema. A la hora de licitar, lo más probable es que la administración pública o la entidad correspondiente soliciten a la empresa los siguientes documentos:
- Plan estratégico de Responsabilidad Social Corporativa.
- Memoria de Sostenibilidad (no es posible tenerla si antes no se realiza el plan estratégico).
Si en ese momento la empresa todavía no ha implantado un buen plan de RSC, no podrá presentar dicha documentación. El proceso es largo y complejo, por lo que le será imposible cumplir los plazos y quedará fuera del concurso público. La consecuencia es clara: pérdida de oportunidades de negocio. En este caso, el retorno de implantar una buena estrategia de responsabilidad social corporativa en la empresa es evidente y tiene un impacto evaluable sobre el volumen de facturación.
La repercusión interna: empresas que funcionan como un reloj
En lo que respecta al retorno monetario de la inversión en responsabilidad social corporativa, la cosa está clara. Pero hay muchos otros ámbitos donde puedes evaluar su incidencia positiva y uno de los más importantes está sin duda dentro de la propia empresa. Aunque (tal y como comentábamos) hoy día muchas empresas no están obligadas a implantar medidas de RSC, las que sí lo hacen ven mejorar considerablemente muchos aspectos del negocio que tienen que relación con la plantilla. Por ejemplo:
- Mejoran las relaciones con el comité de empresa, disminuyendo los conflictos.
- El personal gana en “salario social”. Se sienten orgullosos de la empresa con la que trabajan, con la consiguiente mejora de la productividad y del ambiente laboral.
- La rotación se minimiza e incluso desaparece. La plantilla quiere quedarse en la empresa. La formación impartida repercute en el propio negocio: la inversión se queda.
Es importante que el empresario inteligente adopte un buen plan de responsabilidad social corporativa con la intención de mejorar las condiciones laborales de la empresa, y para generar una repercusión en el medioambiente y la sociedad. Es decir: no hay que hacerlo solo porque la ley nos obligue o por “tener un papel”, sino con la idea de incidir positivamente en el entorno. Solo así obtendremos un retorno importante y evaluable.
Cómo invertir (bien) en responsabilidad social corporativa
Si estás leyendo este artículo, seguro que estás interesado en incluir la responsabilidad social corporativa en el ADN de tu empresa. Pero es posible (e incluso probable) que no sepas por dónde empezar. Nuestro primer consejo: cuanto antes empieces, mejor. Y un segundo consejo, tan importante como el primero: confía en un servicio externo y profesional para implantar las medidas. Esa debería ser tu primera inversión. Una consultoría empresarial con un departamento de consultoría social especializada en Responsabilidad Social Corporativa tomará las riendas del tema desde el primer momento, examinando las características y los valores de la empresa para ver cuál es la mejor forma de implantar las medidas.
A partir de un calendario que establezca reuniones, visitas y análisis de ejercicios y documentación, el servicio especializado en consultoría social de Leialta diseña un plan estratégico de RSC (que incluya un Plan de Igualdad), y realiza una memoria de sostenibilidad que muestre la implicación de la empresa.
El calendario contempla las siguientes fases:
- Implantación del Plan Estratégico de Responsabilidad Social Corporativa. El plan se puede realizar a corto, medio o largo plazo.
- Evaluación de las medidas y su impacto en la empresa/negocio.
- Medición continua de la evolución del Plan y su adaptación a nuevas situaciones o características.
En LEIALTA tenemos amplia experiencia en este campo y podemos guiarte en la implantación de la estrategia de responsabilidad social corporativa correcta, desde el principio hasta el final. Cuando tu empresa tenga el plan en marcha y pueda licitar a concursos públicos desde la primera línea de salida, empezarás a percibir el retorno de la inversión inicial. Contáctanos y te contaremos cómo hacerlo.
Un factor diferenciador que pronto será obligatorio
La Responsabilidad Social Corporativa ha venido para quedarse. Además de empezar a ser una obligación para determinadas empresas (obligación que se irá extendiendo al resto), se está convirtiendo en un factor altamente diferenciador a pasos agigantados. Si hasta hace unos años lo importante era “no hacerlo mal para que no me castiguen”, hoy la clave para el empresario que quiera desmarcarse y avanzar es “hacerlo mejor, aunque no esté obligado”.
Los beneficios de la RSC para las empresas abarcan muchas más ventajas que las relacionadas con evitar sanciones o mostrar una buena imagen. Desde conseguir una empresa bien cohesionada, en la que desde los directivos hasta el último empleado trabajen por el bien común, hasta optar a concursos públicos que miran con lupa lo que las empresas hacen, en qué invierten y cómo se comprometen.
Si quieres que tu empresa avance y sientes que tu negocio debe estar comprometido con la sociedad y el entorno, no lo dudes: la Responsabilidad Social Corporativa debe ser una de las bases fundamentales de su estructura. ¿Tienes alguna duda sobre el tema, o deseas darnos tu opinión? Déjanos un comentario y responderemos a tus preguntas.